jueves, 14 de mayo de 2015

Anonadado ante la constancia escénica

“El Tribunal de la Santa Inquisición de la Esapa no tuvo problemas para encontrar a David en el interior de su celda. Sin ningún sitio al que huir, fue apresado no sin antes acertar en las partes pudientes a un par de hermanos que tuvieron que ser intervenidos de urgencia. El Gran Inquisidor le dio una nueva oportunidad: 
-Tendrás que  afrontar nuevamente un reto a tu sutil inteligencia, a tu vivaz picardía, a tu espíritu aventurero y a la dureza de tus posaderas... tenemos otro proyecto que empezar. 
-¡Pardiez! Prefiero seguir en mi mazmorra, conversando con las ratas, a las que puedo enseñar a jugar al parchís. Tampoco es que la paja sepa tan mal. 
-Es eso o suspender... 
-Eh… uh... Dame mi portátil, malvado y sanguinario monje encapuchado de ojos brillantes en la oscuridad, garras afiladas y sobacos apestosos.... Tengo un blog que comenzar.”
No one expects the Esapa Inquisition.

Os presento mi blog (o su forma inicial) destinado a contar lo sucedido en el último proyecto de la asignatura de Metodología.
Me sentiría inclinado a evitar reflejar el estilo que le quiero dar al blog en esta introducción, pues no será esta la que defina su esencia. Camaradas, no siempre podré prometer deslumbraros  con un majestuoso dominio de la prosa, solamente equiparable al viento que azota las velas de un galeón mientras emprendemos este viaje juntos. Pero jamás habrá un estilo desmañado que incite a los lectores a tratarme como si no fuera más que la figura de un escritor retrasado con falsas expectativas de deleitar a un público poco interesado. El ambiente se decidirá a su debido tiempo.
Si queréis seguir la actividad de este blog, ya os imaginaréis que estáis condenados a soportar las características que lo definirán: mis caprichos de escritura, su ritmo inconstante, su espíritu impredecible y mis delirios mentales. Estáis encerrados conmigo en este espacio de desastre.
Mis más sinceras condolencias.
Y con todos ustedes, Constancia escénica.

1 comentario:

  1. ¡Sacrificaremos a los herejes que no aplaudan vuestro espectáculo, David!

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